Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


938
Legislatura: 1882-1883 (Cortes de 1881 a 1884)
Sesión: 21 de diciembre de 1882
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 14, 306
Tema: Sistema político del actual Gobierno

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Yo no puedo menos de contestar algunas palabras a la rectificación del Sr. Moret, que ha supuesto que hay resistencia a que se verifique una transacción.

De parte del Gobierno no hay ninguna a la transacción, no hay ninguna resistencia a transigir; pero a transigir, como he dicho antes, sin menoscabo de las instituciones y de la dignidad del partido.

Pero, Sres. Diputados, ¿se propone una transacción? Yo quiero hacer observar al Sr. Moret que no se trata de una transacción; que de lo que se trata es de una imposición. Yo hasta ahora no he visto otra cosa de parte de la izquierda; y una imposición tan clara, como que los que la componen se consideran ya dueños de la situación. El Sr. López Domínguez, en el arrobamiento de entusiasmo, nos presentó para un porvenir próximo un bienestar tan grande, hizo cuentas tan galanas, que, francamente, al oír a S. S. se recordaba la fábula de La lechera.

Venid todos aquí, Gobierno y mayoría, los procedentes del partido constitucional y los procedentes del partido conservador; venid todos aquí; pero venid pronto, porque si no, os vais a quedar sin nada: para todos tengo puesto; para ti, Presidente del Consejo tengo también un puesto eminente. Yo no me atreví a aceptarle, y no lo tomé a desaire S. S.: dado mi carácter me basta con este modesto puesto que desempeño, y no le cambio por ese otro tan eminente que S. S. tan generosamente me ofrecía.

Si no aceptamos, pues, la transacción, es porque habéis planteado mal los términos de la cuestión. ¿Tengo yo acaso culpa de eso? Yo particularmente podía discutir con vosotros, como puede discutir el Sr. Navarro Rodrigo; pero como Presidente del Consejo de Ministros, yo no puedo discutir cuando se trata de hacernos una imposición. Desaparezca, por tanto, esa idea de que yo soy obstáculo a la transacción. No, y mil veces no. A lo que yo seré obstáculo siempre, es a una imposición que de ninguna manera puedo ni debo aceptar, y mucho menos siendo responsable de la dignidad de mi partido. Conste esto, y que a la conducta que en cuanto a transacciones sigan los correligionarios de S. S. se ajustará la conducta del Gobierno.

En cuanto a mi querido amigo el Sr. Navarro y Rodrigo, debo decirle, ya que no se lo dije antes por no interponerme entre S. S. y el Sr. Moret, debo decirle que yo no he hecho referencia al digno Presidente que en este momento ocupa ese sillón, fundado en lo que haya podido decirme o en lo que haya sabido por otros conductos, sino fundándome en las palabras que nos dirigió ayer aquí el Sr. Moret, y en esas palabras fundaba yo mi argumentación. ¿No son ciertas? Pues entiéndase el Sr. Navarro y Rodrigo con el Sr. Moret y yo conmigo; yo como ciertas las he tomado, en vista de las que había dicho el Sr. Moret [306]



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL